Incluir preparaciones que nos evocan platos un poco más calóricos, es una forma de disfrutar de un estilo de vida saludable. Al reemplazar ingredientes altos en calorías por otros más nutritivos y ricos en vitaminas y minerales, puedes adaptar comidas que solían ser poco saludables a una dieta más equilibrada.
Un ejemplo de ello es sustituir la masa tradicional de harina de trigo de la pizza por una masa hecha a base de brócoli, el cual es bajo en carbohidratos y aporta hierro, ácido fólico y vitamina A, en forma de betacarotenos. ¿Te atreves?